Las directrices actuales hacia una mayor atención a la sostenibilidad y respeto del medio ambiente están generando continuos cambios normativos en la legislación de los gases, culminado con la aprobación por parte del Parlamento Europeo del Reglamento (UE) 517/2014. Dicha norma, conocida como F-Gas sobre la prohibición de gases fluorados, ha sufrido varias modificaciones y derogaciones, la última de este mismo año, ante la imposibilidad de conciliar sus exigencias y plazos con la realidad del mercado existente.

Como consecuencia del F-Gas, aquellos refrigerantes con mayor Potencial de Calentamiento Atmosférico (PCA) quedarán paulatinamente excluidos dando paso a otros más respetuosos con el medio ambiente. Y bajo este panorama es cuando surge la oportunidad de uso del R-290, gas refrigerante natural también conocido como propano, que por sus propiedades se puede utilizar en sistemas de refrigeración y aire acondicionado como alternativa a refrigerantes sintéticos como el R-410a.

Entre las principales características del R-290 están el ser un gas puro, energéticamente más eficiente (posee una eficiencia comparable a la del R-134a pero con una mayor temperatura crítica comparado con él), bajas presiones de funcionamiento y menores temperaturas de descarga que el R-134a. Como principales puntos en contra, destaca su carácter inflamable y explosivo que conlleva riesgos en caso de manipulación incorrecta o fugas, acrecentando la necesidad de dotar a las instalaciones de medidas de extinción y ventilación adicionales así como la obligatoriedad de formación y cualificación específica por parte de instaladores y mantenedores. Estas exigencias se hacen mayores en todas aquellas instalaciones con carga superior a 0,5kg de propano al considerarse de nivel 2 (seguro RC con alta cobertura, proyecto, certificaciones…).

 

Eficiencia R290

 

Con este panorama y ante la demonización actual de las calderas como solución para calefacción y producción de ACS, comienza a surgir y ganar terreno la elección de sistemas de aerotermia con gas R-290 como la solución elegida tanto para viviendas de nueva construcción como para rehabilitaciones como tecnología sustitutiva de las calderas de gas. Además, es cada vez más frecuente observar fabricantes que lanzan gamas de mayores potencias pensando en el sector terciario con esta tecnología.

Ante esta moda, cabe plantearse: ¿El el gas R-290 la solución perfecta e ideal en todos los casos? ¿Para todo tipo de instalaciones? ¿Se están considerando todos los factores claves antes de optar por de este gas? A las dos primeras preguntas cabría responder que NO. Partiendo de que ninguna solución es perfecta y universal y que cada proyecto tiene sus particularidades, la solución con aerotermia cargada con R-290 es una muy buena opción para climatización como indicamos antes, pero ¿Qué pasa con la producción de ACS?

Pues la realidad es que nos encontramos ante una carrera entre los fabricantes por publicitar que su aerotermia es la que mayor temperatura de agua alcanza. Declarar una temperatura máxima de salida del agua de 70ºC ya nos parece hasta señal de mala calidad en el fabricante en cuestión, la guerra ha llegado a declarar generalmente 75ºC y en algunos casos hasta 80 y 85ºC.  Sin embargo, basta observar detenidamente la documentación técnica, no las tablas comerciales que lo aguantan todo, para darse cuenta de que no es oro todo lo que reluce. Como solución alternativa a las calderas en invierno no tenemos problema alguno, podemos trabajar eficientemente incluso utilizando instalaciones existentes de radiadores pero en verano, cuando la temperatura exterior sobrepasa valores de 25-30ºC (cosa que ocurre diariamente en casi todo el país muchos meses al año), la temperatura de salida del agua baja y el rendimiento de la máquina disminuye sensiblemente a la vez que de forma simultánea lo hace su vida útil por la fatiga a la que se la somete trabajando de forma continua en sus límites de funcionamiento. No se capaces de producir ACS por encima de 60-65ºC no debe ser un problema en el ámbito doméstico pero en el sector terciario con requerimientos más restrictivos y normativas específicas (tratamiento contra legionella por ejemplo), puede ser una elección catastrófica. Existen en el mercado soluciones más indicadas, sencillas y económicas para producir ACS en el sector terciario: energía solar térmica, calderas de gas y bombas de calor diseñadas para ello, alcanzando temperaturas máximas de salida de agua de 90ºC y con unos controles y funcionamientos mucho más sencillos, diseñados para el uso que se les va a dar, alejados de la enorme cantidad de electrónica utilizada para la climatización.

 

Instalación R290

 

Respecto a la tercera de las preguntas, es preocupante comprobar que en muchos casos se están instalando equipos de aerotermia con R-290 exactamente igual que se hace con aquellas cargadas con R-32. Muchos de los equipos que se venden actualmente carecen de separadores de propano, obligatorios como medida de seguridad en caso de fugas del gas en el intercambiador para evitar su entrada en las viviendas. Y en las instalaciones donde los equipos no disponen de esta medida, tampoco se están instalando externamente a ellos en muchos casos incumpliendo la normativa vigente. Además, casi cualquier aerotermia carga más de 0,5kg de propano por lo que su ubicación dentro de la vivienda está totalmente prohibida y debe ser instalada por personal cualificado de nivel 2.

Por tanto, el gas R-290 nos aporta una opción interesante en determinada tipología de instalaciones (fundamentalmente para climatización y en el sector residencial) pero ofrece dudas razonables como mejor opción en el sector terciario y fundamentalmente para producción de ACS en verano.